Tongoy,

el golpe tras golpe de las olas que se transformó en el nombre de un pueblo

A 15 minutos de Ocho Aguilas se encuentra el Balneario de Tongoy: Al igual que Guanaqueros, se trata de otra población costera que adorna el borde marino del norte chico chileno.

Aunque inicialmente Tongoy fué un mero puerto de embarque de minerales alrededor de 1839, dada su cercanía con el minera ubicada en cerro Tamaya , de la cual, para la época, se extraía cobre de altísima calidad, permitiendo el desarrollo de la actividad portuaria y la instalación de una fundición en la zona, y una línea de ferrocarril que recorría la ruta Tongoy-Ovalle, la duración de esta forma de vida fue efímera. La actividad de extracción del mineral de cobre fue decayendo a medida que avanzaba el nuevo siglo, hasta que, alrededor de 1930, casi al mismo tiempo que Tongoy perdía su condición de comuna (que tenía desde 1891), fué re-anexada a la comuna de Ovalle en 1931 ,y luego a la ciudad -puerto de Coquimbo en 1976. Con muchos altibajos, Tongoy reorientó su economía hacia la explotación pesquera, para luego concentrarse en los atractivos de sus playas para el turismo, y finalmente para fines del siglo XX ha venido desarrollando el cultivo y explotación de mariscos.

Los ostiones vivos de Tongoy son muy conocidos y basta pasar por la caleta para tener acceso a puestos con piscinas donde literalmente se puede observar nadar a estas especies de un lado a otro, demostrando su frescura. El muelle de Tongoy también ofrece un mercado donde desde muy temprano se pueden adquirir variedad de pescados de la zona, al igual que otros productos marinos al natural o en preparaciones, siendo las más emblemáticas el mariscal, el piure y el ceviche.

De la actividad portuaria y minera, que llegó en su momento a procesar más de 1500 toneladas en su buena época, lo que queda es historia: La playa que sirvió como punto de carga para los barcos , está cubierta de escorias de cobre, con un cartel de madera que indica, “Antigua Fundición de Cobre”. Ahora la playa se ha convertido en una zona de avistamiento de aves acuáticas y leones marinos, con una apariencia muy particular, ya que desde lejos se puede apreciar este borde costero completamente recubierto de brillantes piedras negras muy semejantes a la obsidiana.

Los árboles que poblaban los cerros fueron talados durante la bonanza de la fundición para alimentar las calderas, ahora, la vegetación es de tipo desértico.

Se dice que Tongoy tiene las mejores playas: Playa Grande y Playa Socos, que en épocas vacacionales se llenan de temporadistas. Tongoy tiene una escuela de buceo donde incluso se hace el “llamado bautizo marino” es decir, bucear por primera vez. Las aguas son invitadoras y los profesores, a juzgar por los comentarios, se esmeran en enseñar toda la técnica necesaria para que puedas disfrutas del mundo submarino sin problemas.

Desde el muelle de Tongoy se pueden tomar multitud de paseos en bote: desde un paseo grupal para recorrer la bahía y conocer la historia del lugar, demás está decir que cada guía tiene su versión particular, así que cada salida es totalmente diferente y entretenida, aún cuando el recorrido sea el mismo.

Salidas de pesca deportiva, las cuales hay que reservar con antelación

Salidas románticas, para apreciar la puesta del sol,

Y para los amantes de las degustaciones, hay un tour con degustación de productos marinos a bordo… todo es cuestión de planificar y agendar con anticipación.

Tongoy también posee una red de humedales ubicados entre la Bahía de Tongoy y Bahía Barnes (apellido del ingeniero que estuvo a cargo de la construcción de la fundición de de cobre): Estero de Tongoy, Salinas Chicas, Salinas Grandes y Pachingo que han sido declarados lugares protegidos por la convención de Ramsar, por lo delicado de su ecosistema ya que conserva muchas especies en peligro de extinción tanto de plantas como de aves migratorias.

Desde Tongoy puedes llegar a la Hacienda el Tangue y conectarte con otra parte de la historia de la zona: la historia de los antiguos pobladores, los diaguita, la de la reforma agraria, y como los descendientes de los primeros trabajadores de la hacienda continúan la tradición agrícola y amplían su oferta de productos y servicios al público.

Tongoy también es otra joya escondida de las costas norteñas chilenas que vale la pena conocer.