Los Conchales, testigos silenciosos del paso del tiempo…
Sabías que en los alrededores de Tongoy y Guanaqueros existen muchos conchales que han sido objeto de estudio por varias agrupaciones universitarias entre ellas los estudiantes de arqueología de la universidad Bolivariana en 2004, investigadores independientes que luego elaboraron informes con sus teorías y el resultado del análisis de los terrenos explorados, y que incluso han atraído comitivas internacionales multidisciplinarias reuniendo investigadores de las ramas de arqueología, paleoecología, paleontología , paleoclimatología, como la que nos visitó en el marco del taller Internacional “Sistemas Socioambientales del pasado”?
Sin pretender ser arqueólogos , compartimos aquí un breve esbozo de lo que sabemos acerca de estos vestigios arquelógicos tan particulares
Entonces, qué es un conchal?
Un conchal es un montículo de caparazones y conchas resultante de la acción humana durante el proceso de asentamiento en una determinada zona o territorio. Las evidencias de restos de conchas de moluscos, pueden incluir otro tipo de elementos tales como artefactos, ecofactos, rasgos y restos óseos humanos.
Cómo se forma un conchal?
Básicamente los estratos que conforman el suelo de un terreno se forman por la acumulación de diferentes materiales, entre ellos diferentes tipos de rocas; sin embargo, el material que nos interesa aquí, son los restos de conchas y moluscos, los cuales junto con otros materiales se van superponiendo formando capas horizontales de diferentes grosores, donde la capa más antigua se conoce como base y la más reciente se denomina techo. El análisis de la composición de estas capas nos permite conocer el pasado del lugar, y elaborar conclusiones acerca del tipo de asentamiento humano, fauna y flora característicos de la zona según la línea de tiempo definida para dicho análisis.
Dónde se formaron los primeros conchales? Qué pueblos habitaron los conchales?
Se piensa que los restos arquelógicos tipo conchal comenzaron a hacerse presentes a partir de la llegada de los grupos humanos al continente americano hace alrededor de 14.000 años y, el grosor de sus capas estratigráficamente puede ir desde varios centímetros a varios metros de altura.
Estos conchales se formaron en los bordes costeros a partir de los desperdicios alimenticios y otros elementos que eran desechados por los grupos de cazadores-recolectores marítimos, como resultado de la explotación de los recursos del litoral. A medida que fue pasando el tiempo, diferentes grupos fueron habitando los mismos emplazamientos y como resultado de las mimas actividades de caza- recolección, los desechos se fueron acumulando hasta transformarse en pilas o montículos fácilmente reconocibles.
Algunas veces se identifican como basurales, y debido a ello se les arrojan nuevos elementos, entonces la posibilidad de poder determinar fehacientemente la edad del mismo se hace cada vez más trabajosa.
En las zonas costera del Norte chileno, entre ellas Guanaqueros y Tongoy, se distinguen varios períodos que van desde los pescadores primitivos del paleolítico, pasando por lugares prealfareros, razón por la cual se encuentran restos de cerámicas en algunos conchales, con el paso del tiempo y los diferentes asentamientos se estableció la presencia de las culturas Ánima, diaguitas y diaguita-inca; la cultura del anzuelo de concha 5.000 ap, que indica el desarrollo de la actividad de recolección ya que pasa de la simple acción de mariscar, o recolectar en la orilla los moluscos que se pudiesen conseguir, a la acción de elaborar elementos (anzuelos) para pescar y luego, comenzar a adentrarse en el mar, lo que también implicó el desarrollo de elementos de caza más elaborados como arpones, y artefactos para poder desplazarse en el agua cuyo mejor ejemplo es la balsa confeccionada con piel de lobo construida por los changos, cuya réplica se encuentra en el Museo Arqueológico de La Serena.
Dónde podemos encontrar conchales?
Mayoritariamente los conchales nacen en donde quiera que haya un asentamiento humano, en particular en las zonas costeras.
Hay miles de conchales alrededor del mundo: Tantos como costas habitables existan. Por ejemplo: Pinnacle Point en Sudáfrica, donde datan las primeras evidencias de la recolección y consumo de moluscos; en Dinamarca, donde aparecen en los trabajos académicos del siglo XIX y XX y cuya denominación se traduce como „montículo de caparazones y conchas”, los tehuelches de la época de Magallanes, dejaron huella en Puerto Deseado, Argentina , aunque los primeros reportes de los “concheros” datan de 1880, realizados por el explorador Argentino Ramón Lista quien reportó que no solo había restos de conchas, sino que estos montículos también permitían recopilar informaciones del pasado tales como armas talladas en piedra, y así, muchos lugares más.
Qué podemos aprender de las culturas ancestrales estudiando un conchal?
Los conchales, siempre y cuando hayan sido mantenidos en su contexto, y no intervenidos por acciones vandálicas de huaqueros, o distorsionados por la adición de elementos de reciente data, nos revelan el tipo de asentamiento que se ubicó en un lugar determinado: Si eran nómadas o sedentarios, tipo de actividad : cazadores, recolectores, agricultores, tipo de alimentación, si los conchales tenían otras funciones tales como funerarias, si dichos asentamientos habían tenido interacción con otros grupos humanos, evidenciando por ejemplo un intercambio de productos, todo esto en base a los desechos que los componen y su antigüedad. Los conchales tienen una importancia arquelógica enorme ya que permiten establecer líneas de tiempo para encuadrar el desarrollo de los asentamientos humanos y la evolución de sus culturas.
Cómo se pueden proteger los conchales para las futuras generaciones?
El patrimonio arqueológico, dependiendo de su ubicación , puede estar expuesto a destrucción, total o parcial, permanecer ignorado por no haber sido objeto de registro, estar en un área que no ha sido aún explorada, o, sencillamente encontrarse en una zona que ya ha sido declarada oficialmente como de interés patrimonial y por ende objeto de protección legal.
En Chile la Ley de Monumentos Nacionales 17.288 es la que se encarga de dicha protección.
Ahora bien una vez que un patrimonio arqueológico ha sido impactado negativamente por el desarrollo de una infraestructura (por ejemplo, construcción de una carretera, tendido eléctrico, etc) o ha sido vandalizada por la acción de los “buscadores de tesoros”, es sumamente difícil, por no decir imposible revertir la situación y devolver dicho patrimonio arqueológico a su condición original, por lo que se hace necesario simplificar el lenguaje arqueológico y hacerlo más accesible al público, de manera a que la información sobre la importancia de los vestigios arqueológicos encontrados llegue a más personas, y se creen mecanismos para la puesta en valor y protección de dicho patrimonio.